Vivimos rodeados de información, estamos hiperestimulados a todos los niveles, tenemos acceso a muchos datos, pensando (ilusamente) que no nos queda nada por descubrir. Sin embargo, a veces el exceso de información (mal manejada o sin explicar) genera más desinformación que otra cosa. Para combatir dicha desinformación, es una buena idea cultivar el pensamiento crítico y darse cuenta de que no toda la información que llega a nuestras manos es real o veraz. Es interesante contrastarla con fuentes fiables.
El mundo de la sexualidad está lleno de mitos y falsas creencias. Y el tema del orgasmo es el que está más sujeto a estos mitos. En este caso, nos centraremos en el orgasmo femenino: El intensamente deseado y a la vez desconocido para muchas (sólo un 65% de las mujeres afirman alcanzar el orgasmo en todos sus encuentros o en la mayoría de sus relaciones). En cualquier caso, lo cierto es que sigue siendo un misterio.
- Uno de los mayores mitos y más extendidos, es la creencia de que existen dos tipos de orgasmos, vaginales y clitorianos. A lo largo del tiempo ha habido mucha controversia al respecto, así como distintos estudios. Freud distintguía entre orgasmos clitorianos, a su parecer inmaduros y uterinos (maduros). Décadas más tarde, Masters y Johnson describieron un orgasmo único. Tordjman rompió la teoría de los anteriores con su clasificación de un “orgasmo superficial” versus “profundo” en base a la mayor intervención de la parte refleja de la respuesta o de la parte psicógena, respectivamente. En 1982, Perry y Whipple describen un orgasmo vulvar y otro uterino. Sin embargo, actualmente existe una visión integradora porque, aunque un porcentaje alto de mujeres observan diferencias importantes entre orgasmos producidos por una u otra vía, también hay una gran cantidad de mujeres que lo perciben a veces más superficial y otras más profundo, lo que sugiere que, aunque las vías de entrada (sensorialmente hablando) sean distintas, la respuesta fisiológica será común a todas ellas. El orgasmo es un fenómeno mucho más complejo que una simple descarga neuromuscular; está muy mediado por aspectos cognitivos y afectivos, que son los que seguramente maticen esa percepción de superficialidad/profundidad/intensidad…
- El orgasmo sólo se alcanza por medio de la penetración: Ciertamente este mito se asienta en el modelo coitocentrista que aún actualmente presenta nuestra visión de las relaciones sexuales. No obstante, es interesante subrayar que a menudo la penetración no es siquiera necesaria para llegar al orgasmo, ya que la estimulación de las zonas erógenas (que en cada mujer y en cada persona pueden variar), como por ejemplo lóbulos de las orejas, ingles, cuello y el aclamado clítoris, puede hacer que la mujer experimente un orgasmo sin necesidad de que intervenga la penetración. De hecho, existen muchas mujeres que alcanzan el orgasmo únicamente con la estimulación del pecho. Genitalizar el sexo es un retroceso, ya que el cerebro es en realidad el órgano sexual más potente, por lo que potenciar la creación de fantasías sexuales en nuestra imaginación o excitarnos mediante susurros o caricias es una buena forma de alcanzar el orgasmo.
- La masturbación reduce los orgasmos en pareja: ¡Para nada! En todo caso, mas bien al revés. Autoexplorarnos es una forma de conocernos y experimentar con nuestro cuerpo, lo que nos facilita conocer mejor nuestras zonas más erógenas, sabiendo lo que más placer te hace sentir (y lo que no). Y no sólo eso, sino que gracias a este conocimiento de nuestro cuerpo, las relaciones sexuales en pareja serán más placenteras, ya que puedes guiarle para conseguir un mayor placer, de forma que te excites más y el camino al orgasmo sea más fácil.
-Hay mujeres que son multiorgásmicas y otras no: Técnicamente, todas las mujeres (y los hombres también, pero tienen un periodo refractario o de recuperación más largo), tienen la capacidad fisiológica de encadenar orgasmos, pero es algo que ha de entrenarse. La edad y la experiencia sexual influyen, así como la autoexploración y el conocimiento de nuestro cuerpo: Cuanto más te conozcas y sepas qué es lo que te proporciona más placer, más fácil te será estimularte (o guiar a tu pareja a hacerlo) para alcanzar el clímax. Sin embargo, queremos recalcar y recordar que el multiorgasmo NO debe ser un fin u objetivo durante tus relaciones sexuales, que pueden ser igualmente placenteras sin encadenar orgasmos o incluso sin que lo haya.
¿Qué otros mitos conoces respecto al orgasmo?
¡Nos encantaría que nos dejaras un comentario!
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