Estamos entrando ya en plenas fechas navideñas, deseadas por algunos, temidas para otros y un fastidio para otros cuantos más. Y es que no a todo el mundo le gusta la navidad. Más abajo describiremos algunos perfiles de personas que tienden a sufrir en esta época. Estos perfiles son sólo un ejemplo, pero hay más. Y no todos se ajustan a un perfil. En esta entrada lo que intentamos es hablar de una muestra para ayudar a la gente a ser más conscientes en esta época y poder ayudarles a comprender y respetar más a estas personas que lo pasan mal. Puede ser determinante para ayudar a un amigo, familiar allegado, así que no dudes en leerlo:
1. Personas que se encuentran en proceso de Duelo: La pérdida de un ser querido genera muchas emociones, desde dolor y tristeza a rabia, ira… Muchas personas no saben ni siquiera si deberían celebrar estas fechas. El síndrome de la silla vacía cobra protagonismo en estas fechas, en la que aquella silla que solía ocupar el ser querido que ya no está, permanece vacía y nos damos cuenta de que esa persona no volverá a sentarse en ella.
Pero no sólo podemos estar en duelo cuando perdemos a alguien, sino que la ruptura de una relación de pareja, de amistad, la pérdida de un trabajo, una mudanza… También son duelos. Es importante que seamos empáticos y sensibles a la hora de identificar a esas personas y acompañarlas en su situación, sin juzgarlas ni presionarlas en cuanto a cómo quieren celebrar estas fechas del año. Cualquier duelo se trata de una reacción natural. Es una forma de adaptarnos y pasar por ese dolor para poder superarlo finalmente.
2. Personas con Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA): En esta época del año, es común que en las comidas y banquetes haya muchos alimentos ricos en hidratos de carbono y grasas, comidas que pueden no ser muy saludables y que son las más difíciles de gestionar para las personas que padecen anorexia, bulimia, trastorno por atracón, entre otros. Las personas con TCA suelen sentirse especialmente vulnerables en esta época al exponerse a esa cantidad de comida, ya sea por miedo a engordar, por la vulnerabilidad a sufrir un episodio de atracón, etc. Tengamos en cuenta estas posibilidades e intentemos entenderles y ser ser sensibles a ellos.
3. Personas con problemas de adicciones: Entre los excesos de las fiestas también se suelen encontrar las drogas, especialmente la más socialmente aceptada: El alcohol, del que está muy normalizado y hasta bien visto abusar durante las celebraciones. Imagina que, entre tus invitados hay alguien que está en proceso de rehabilitación por adicción al alcohol, pero tú no lo sabes. ¿Qué te parecería dar también la opción a brindar sin alcohol? Si alguien no quiere tomar alcohol ese día, no le insistas. En cuanto a otras drogas y adicciones, también pueden ser difíciles de llevar en estas fechas, en las que la búsqueda del placer desborde a algunas personas y les lleve a conductas dañinas como (ludopatía, consumo de sustancias, por ejemplo) que les pongan en situaciones difíciles.
4. Situaciones vulnerables a conflictos con la familia y/o la pareja: Ya sea por la toma de decisiones de cómo vamos a celebrar y con quién, qué aporta cada uno, dónde nos vamos a juntar, etc. Al final, en estos días nos juntamos con buena parte de, si no con toda la familia. Y es que en todas las casas cuecen habas. En cualquier relación puede haber momentos de fricción o situaciones tensas en las relaciones interpersonales, pudiendo salir a la luz algunas disfunciones dentro del sistema familiar. Es bastante común que las consultas por terapia de pareja y de familia aumenten tras periodos vacacionales. Es muy recomendable la asistencia a terapia, ya que ayuda a reforzar vínculos y lazos que el tiempo y algunas experiencias pueden estropear o desgastar. Si hay algún tema especialmente tenso dentro de la familia es mejor evitar hablar sobre ello en las reuniones navideñas (ejemplo, política) o , si se quiere hablar sobre ello, es mejor preguntar al otro si estaría dispuesto o le apetece hacerlo.
5. Personas con agorafobia, fobia a las aglomeraciones o centros comerciales: Mucha gente acude masivamente a comprar regalos para sus allegados más queridos, lo cual puede resultar agradable para muchos pero para otros puede ser una gran fuente de estrés, por lo que tienden a evitar las colas, las aglomeraciones de gente en sitios donde resulta difícil siquiera caminar. Pueden llegar a sentir tal angustia a encontrarse atrapados y sin salida entre la multitud, que pueden llegar a padecer ataques de pánico.
En conclusión, somos libres de pensar y hacer lo que queramos, incluido percibir la Navidad como algo bonito y agradable o como un fastidio, cosa que nadie debería juzgar. Pero tampoco es cuestión de vivir esta época llenos de preocupación o con sufrimiento. Seamos conscientes de que, aunque esté socialmente establecido que en Navidad “debemos estar felices”, podemos no sentirnos así y no pasa absolutamente nada. No todos tenemos que vivir esta época igual, y también está muy condicionada por situaciones como las arriba descritas, así que entendámoslo. Y es que no hay luz sin oscuridad.
Para finalizar, si te sientes identificado o identificada con alguno de los perfiles descritos o sientes que estas Navidades van a ser difíciles para ti, no dudes en buscar apoyo psicológico para sobrellevar esta época y aprender a gestionar las emociones asociadas a ella.
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