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6 razones para tomarte unas vacaciones

Vivimos en una sociedad y una cultura que tiene fijación por la productividad, la eficiencia, la eficacia y poco se habla del descanso y de la desconexión, necesarios también para nuestro cerebro. Es bastante común sentirnos saturados o desbordados y muy frecuentemente se debe a que los recursos atencionales de los que disponemos son limitados y tendemos a sobrecargarnos con tareas que llevan a nuestros recursos a su límite.

Hay que tener en cuenta que nuestro cerebro está activo las veinticuatro horas del día, incluso cuando dormimos, ya que durante el período de sueño nuestro cerebro procesa e integra las experiencias y la información que hemos percibido durante el día, a todos los niveles. Este órgano consume aproximadamente un 20% de la energía que produce nuestro cuerpo y cuando llevamos a cabo una actividad cognitiva que requiere concentración, como leer o hacer cálculos, necesita un extra de entre un 5 y un 10% de energía.

Dicho lo cual, y viendo que el cerebro está en continuo funcionamiento, parece justo darle también un descanso, por lo que a continuación os presentamos algunas razones por las que es conveniente que te tomes unas vacaciones:

1. Ayuda a aliviar el estrés. El día a día, lleno de obligaciones y en un contexto de exigencia de productividad y eficacia, puede, a la larga, generar un cuadro de estrés y una alta liberación de epinefrina y cortisol, hormonas que nos preparan para la lucha y cuyos niveles altos durante mucho tiempo seguido, pueden provocar una respuesta inflamatoria en nuestro organismo y por tanto facilitar la aparición de enfermedades crónicas. Además, el estrés afecta negativamente a las neuronas e impide la formación de células nerviosas nuevas. Desconectar de las tareas diarias y realizar actividades agradables, reduce estos riesgos y permite al organismo regenerarse.

2. Potencia la creatividad y ayuda a crear nuevas ideas. Durante nuestro tiempo de trabajo el cerebro está constantemente concentrado y focalizado en tareas específicas, por lo que es normal que nuestro cerebro se sature. Las vacaciones y la desconexión de ese “modo focalizado” permite que nuestro cerebro divague libremente, quedando nuestra atención libre para nuevos estímulos y nuestra mente se abre a nuevas ideas gracias al espacio atencional que queda libre y también el hecho de estar en un nuevo entorno y abrirnos a otros estímulos, costumbres, comidas, sabores, olores y culturas, ayuda a generar ideas diferentes.

3. Facilita el aumento de la concentración. Si a causa de una saturación de información o de actividad existe un cuadro de estrés crónico, la parte de nuestro cerebro relacionada con la memoria y consecución de objetivos se ve directamente afectada, pudiendo las personas que están en esta situación, experimentar constantes bloqueos, falta de inspiración y dificultad para concentrarse. Durante las vacaciones solemos llenarnos de energía, aumenta nuestra capacidad de reacción y somos capaces de concentrarnos durante mayores periodos de tiempo.

4. Aumenta la productividad. En realidad, la productividad no equivale a trabajar más horas sino que las horas de trabajo se aprovechen al máximo. Las personas más productivas y que reportan mejores tasas de productividad en su trabajo son aquellas que tienen periodos de vacaciones o algunos días de descanso y desconexión con cierta regularidad. Además de mejorar la productividad en el trabajo, también contribuye a la mejoría del clima laboral.

5. Ayuda a tomar decisiones. El cerebro trabaja mucho mejor cuando no está sometido a una gran presión. Está demostrado que el cerebro funciona más eficazmente tras dar un paseo en plena naturaleza o tras echar una pequeña siesta: Tomar cierta distancia psicológica realizando actividades como estas mejoran nuestros procesos cognitivos.

6. Nos produce más sensación de felicidad. El estrés favorece que aumenten los niveles de ansiedad y depresión, reportando tres veces más niveles de estos trastornos aquellas personas que no disfrutan de vacaciones con regularidad. Alrededor de dos semanas de vacaciones para desconectar nos ayudan a sentirnos más felices, ya que se generan suficientes endorfinas para combatir el efecto nocivo de las hormonas del estrés gracias a esos días de descanso, según un estudio realizado en la Universidad de Rotterdam.

No todo vale: Claves para conseguir el efecto positivo de las vacaciones

1. Explorar nuevas cosas y asumir nuevos retos. Adoptar perspectivas nuevas, ponerse en distintas ópticas, poniendo distancia emocional y psicológica entre nosotros y nuestros problemas, abriéndonos así a salir de nuestra zona de confort y desarrollando nuestro crecimiento personal.

2. La atención plena como protagonista: Es decir, aprender a desconectar de verdad viviendo el presente plenamente, el aquí y el ahora. Centrar tu atención realmente en los estímulos nuevos que estás viviendo: El sonido del mar, el frescor del agua mientras nadas, el sol en la cara. ¡Vívelos!

3. Sin prejuicios. Si viajas a un país con una cultura distinta a la tuya, toma esto como una gran oportunidad de aprendizaje. Deja de lado los jucios de valor, las críticas y muéstrate dispuesto/a a integrar lo que sucede a tu alrededor. Las personas que viajan a menudo al extranjero con frecuencia son más creativas y tienen mayor flexibilidad de pensamiento. Ser capaz de comprender una nueva realidad de vida y asumir perspectivas distintas a las nuestras pueden ser una maravillosa fuente de inspiración.

¿Ya has pensado en el próximo destino que te gustaría visitar? ;)

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