Cuando hablamos de organizaciones o empresas, la comunicación efectiva es una de las variables que más influyen en su buen funcionamiento y desarrollo. Entre las habilidades comunicativas básicas la asertividad destaca y se caracteriza por la capacidad que posee una persona a la hora de expresar sus pensamientos, sentimientos, emociones y opiniones con firmeza pero espetando a la vez los pensamientos y sentimientos de los interlocutores.
A continuación, te presentaremos algunos consejos para mejorar tu asertividad en el trabajo:
Comunicación y Asertividad
No siempre resulta fácil saber decir que no, igual que tampoco resulta sencillo manifestar nuestras emociones y opiniones claramente, sabiendo que otras personas pueden pensar diferente y tener distintos valores y toman sus propias decisiones sobre la misma situación. Sin embargo, aunque resulte difícil, podemos aprender a ser asertivos.
Por lo general, se habla de varios tipos de comunicación, entre los que se encuentran la comunicación pasiva, asertiva y agresiva.
Los beneficios de la asertividad en la empresa
Las personas que se consideran asertivas conocen sus derechos y los defienden, siendo a la vez conscientes de las necesidades de los demás y siendo lo más respetuosos posible con ellas. Hablan de forma fluida y segura y se muestran relajados. No tienen inconveniente en hablar de forma abierta sobre lo que piensan y sobre los motivos que les llevan a tener las opiniones que tienen.
Entonces ¿cuáles son los beneficios de la asertividad? Los más destacables serían:
· La mejora de la gestión emocional y el autoconocimiento cuando somos asertivos, porque para serlo, se necesita de la empatía.
· A su vez, dicha habilidad nos permite tener una mayor sensación de control sobre lo que nos rodea y sobre uno mismo.
· Nos permite poner límites a nuestro comportamiento y ayuda a marcar ciertas líneas que no debemos cruzar en las relaciones interpersonales.
· Mejora nuestra autoestima.
· La comunicación eficaz es muy importante para que el clima laboral sea positivo y esto se refleje en los resultados de la organización.
· La satisfacción vital de los individuos es más alta, pues comunicarse eficazmente ayuda a tener experiencias más gratificantes en ese entorno, que pueden extrapolarse a otras áreas.
· Es de vital importancia para prevenir y resolver conflictos.
Mejora tu comunicación asertiva en el trabajo:
1. Reconoce tu valía mientras aceptas las diferencias.
Las personas consideradas asertivas tienen una buena autoestima y son conscientes de su valía, si no, no podrían expresar lo que piensan a la vez que reconocen que sus interlocutores tienen necesidades y opiniones propias y posiblemente distintas. Es importante que la confianza en uno mismo sea alta para poder abrirse a otros.
Por otro lado, para poder respetar a los demás, es importante poder respetarse primero a uno mismo, aceptando la realidad de que todos somos diferentes, no tenemos por qué pensar igual y que eso no tiene por qué ser negativo.
2. Conoce y respeta tus límites.
Esto es vital para poder ser asertivos. La asertividad está estrechamente relacionada con saber decir “no” cuando no deseamos hacer algo, pero siempre respetando a los demás, sin herirlos ni avasallarlos. Es por eso que merece la pena esforzarnos en reconocer hasta dónde somos capaces de no asumir tareas inaccesibles o que no podemos realizar. No solamente es necesario saber cuáles son nuestros límites, sino también nuestros derechos. Por ejemplo, nuestro derecho a ser tratados con dignidad y respeto, a descansar, a tomar decisiones por nosotros mismos, etc.
3. Acepta que no siempre vas a ganar.
La asertividad implica expresar las propias opiniones, pero no imponerlas; es decir, que no tiene que ver con ganar todas las batallas. Para ser asertivo es deseable saber qué quieres, pero también qué quiere la otra persona.
Por otro lado, es valioso también ser justos, y por tanto, resulta necesario saber que ser asertivo no es imponer nuestras opiniones con calzador a los demás. No se trata de querer ganar siempre a toda costa, sino de hallar un equilibrio, un balance.
4. Practica la escucha activa
A veces oímos más que escuchar al otro. Para ser asertivos, sin embargo, tenemos que saber escuchar activamente, para lo que hay que tener en cuenta no sólo el lenguaje verbal del interlocutor, sino también el lenguaje no verbal y su comunicación emocional. Para ello, debemos dejar a la otra persona expresarse, sin interrumpirle con nuestras opiniones, ni pensar en lo que vamos a responder antes de que se haya expresado por completo.
5. Diferencia entre la comunicación asertiva y agresiva.
A menudo, se piensa que verbalizar las propias opiniones implica imponer el criterio propio por encima de los demás. Sin embargo, la asertividad hace más bien referencia a cómo decimos las cosas, pues además de exponer nuestro punto de vista, también es necesario dar razones objetivas y no despreciar al interlocutor.
La comunicación asertiva no es lo mismo que ser agresivo ni imponer la propia ley. Tiene que ver más bien con crear un clima comunicativo adecuado en el que se puede hablar abiertamente sobre las opiniones de cada uno independientemente de las diferencias que se presenten.
6. Mejora tu inteligencia emocional
Las personas asertivas son plenamente conscientes de sus emociones y saben regularlas adecuadamente, por eso son buenas a la hora de relacionarse con otras personas.
Ser emocionalmente inteligentes es básico, ya que la empatía es uno de sus componentes clave y resulta determinante a la hora de comprender y gestionar adecuadamente cómo la otra persona se siente. En resumen, ser emocionalmente inteligentes nos permite adecuar tanto el tono como el mensaje a las circunstancias del momento.
7. La asertividad se aprende: Puedes asistir a un taller.
No es una habilidad únicamente innata, sino que, como muchas otras, puede aprenderse. Existen cursos y talleres en los que pueden enseñarte a convertirte en una persona asertiva y disfrutar de los beneficios de esta habilidad social.
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