A menudo se presentan situaciones en las que personas de nuestro entorno lo están pasando mal y no tenemos claro cómo reaccionar para prestarles nuestro apoyo. En estos casos aparece la incertidumbre, en parte, porque no sabemos si nuestra iniciativa para ayudar a estas personas les sirve o si, al contrario, representa una carga más. Cómo prestar primeros auxilios emocionales A continuación te damos algunas ideas que te serán útiles para orientar tu intención de dar apoyo emocional del mejor modo posible. 1. Pregunta qué necesitan de ti Cuando estás ante una persona triste, una de las primeras preguntas que podrías hacerle es: ¿hay algo que pueda hacer por ti? ¿En qué te puedo ayudar? En ese instante c comienza ya el apoyo emocional verdadero, más allá de averiguar de lo que le ocurre. Prioriza el bienestar de esa persona antes que tu necesidad de satisfacer la curiosidad de qué pudo pasarle. 2. Escucha lo que te cuenta Prestar apoyo es, entre otras cosas, saber escuchar y facilitar que la otra persona pueda soltarse y desahogar para liberar tensión. Es por eso que no deberías tomar un rol demasiado activo o directivo como para liderar claramente la interacción entre esa persona que se encuentra triste y tú. Apoyar es precisamente eso: Mostrarse dispuestos a ayudar a la otra persona, prestar atención a lo que necesita, y no saturarla con consejos o imponerle lo que creemos que debe hacer. Por ello, lo más valioso que puedes poner en práctica es la escucha activa, es decir, dejar que la otra persona hable y se exprese, tolerando los silencios y hablando menos que tu interlocutor/a. 3. Tolera los silencios La mera compañía y tu presencia ya están ayudando a esa persona. No tienes por qué evitar los silencios. Respetarlos implica también respetar los tiempos de tu interlocutor/a. Las palabras a menudo son algo secundario. Procura además transmitirle a esa persona que para ti no supone un problema estar ahí sin decir nada; de esa forma, no se verá obligada a actuar por compromiso. 4. No hay nada de malo en llorar Nunca está de más recordarlo. Aún hoy en día parece que llorar está mal visto, sobre todo en los hombres, y sin embargo es un mecanismo presente de forma universal en todas las culturas, ya que sirve para descargar tensiones y aliviarse. También es un buen momento para recogerse y recibir atención y cariño, así como estrechar lazos mediante abrazos: Este contacto físico puede hacer que de ese momento en adelante la persona que está triste sienta más arropo y más libertad para exteriorizar sus pensamientos y sentimientos. 5. Muestra respeto por su intimidad Dar apoyo emocional a alguien no implica implícitamente que pactemos compañía a cambio de que esa persona nos revele todos sus sentimientos o motivos por los que está mal. Hay una parte que podrá verbalizar, pero hay otra que permanecerá en la intimidad y es más subjetiva, o bien la persona prefiere no revelarla. Es sumamente importante respetar eso. 6. Fíjate en detalles importantes Cuando alguien pasa por un mal momento puede pasar mucho rato dando vueltas a lo que le pasa o centrándose en sus emociones, pudiendo olvidar cosas importantes de su día a día. Si puedes, intenta estar ahí para fijarte si esta persona está obviando sin querer cosas importantes en su vida cotidiana. 7. Respeta su necesidad de estar solo o sola Hay muchas personas prefieren estar solas cuando están tristes. Por tanto, no insistas en estar a su lado si en ese momento no quieren. Si les dejas espacio seguramente las ayudes mucho más en su recuperación y, en todo caso, siempre puedes recordarles que pueden contar con tu compañía en cualquier momento si les apetece.
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