La importancia del autocuidado
En los últimos tiempos, sobretodo a raíz de la pandemia que atravesamos, hemos escuchado con más frecuencia el concepto de “autocuidado” en nuestro día a día. Pero ¿qué significa? ¿qué nos aporta y por qué es tan importante? ¿cómo aplicarlo?
¿En qué consiste el autocuidado?
El autocuidado consiste en la búsqueda activa de bienestar tanto físico como psicológico y emocional de cada persona: Por ejemplo: Alimentarnos de forma equilibrada, dormir las horas suficientes, realizar actividad física. Pero aparte de estos ejemplos, existen otras formas de autocuidado que influyen en nuestro bienestar emocional, como la forma en que nos hablamos a nosotros mismos (diálogo interno), poner límites, priorizar lo que necesitemos, ser compasivos con nosotros mismos, entre otros ejemplos.
¿Por qué es importante que nos autocuidemos?
Básicamente porque nos da una estabilidad física y psicológica en el día a día. Nos permite encontrarnos en armonía con nosotros mismos, al tener satisfechas nuestras necesidades tanto físicas como psicológicas. Implica que encontremos un espacio para nosotros en el que poder sentirnos a gusto, realizados y poder así dar lo mejor de nosotros mismos en otras áreas de nuestra vida, como la laboral o la social.
¿Cómo autocuidarnos?
§ Tomando conciencia de lo que nos produce tanto bienestar como malestar, ya sea físico o emocional. Identificar cómo nos sentimos es crucial para el autocuidado. Es importante observar nuestro estado físico o emocional día a día y analizar qué factores pueden haber influido en él. Por ejemplo, si te notas sin energía, plantéate si has dormido lo suficiente o si has cambiado tu alimentación últimamente. O si te sientes más alterado o alterada de lo normal, ¿has tenido algún conflicto con alguien últimamente? ¿Necesitas expresar algo a alguien? Al tomar conciencia de estos aspectos puedes poner la solución necesaria para solucionar problemas o sentirte mejor.
§ Invierte tiempo en lo que te hace sentir bien. Es necesario que se repitan estos momentos. Busca y reserva espacio de tiempo al día para ti, para que se convierta en un hábito cotidiano. Conviértelo en una prioridad, ya sean pequeños gestos como guardarte 10 min al finalizar o comenzar el día para meditar, escuchar música, hacer ejercicio unos minutos al día, salir a caminar 20-30 min, tomarte unos minutos para leer o tomarte un café o una infusión sin interrupciones… Pero además de estos gestos, es necesario que tomes consciencia del bienestar que estas pequeñas acciones producen en ti.
§ Elimina lo que no te aporte energía o te la quite. Una vez identifiques aquello que no te hace bien en tu día, trata de minimizar o incluso cambiar las acciones que te restan. Por ejemplo, si sabes que dormir poco te sienta mal, intenta organizarte de forma que puedas dormir las horas suficientes; o si caes en la cuenta de que no tienes ganas de hacer ciertos planes pero te cuesta decir que no a las propuestas de la gente de tu entorno, quizás no es mal momento para aprender a poner límites y trabajar en mejorar tu asertividad y aprender a decir que no. También es importante prestar atención a cómo nos comunicamos con nosotros mismos y minimizar los mensajes negativos como los “no soy capaz”, “no soy suficiente”, “soy un desastre”, e intentar formularlos de forma más realista y objetiva, relativizando.
El autocuidado influye en muchos aspectos, y es una parte fundamental de nuestra autoestima, para mantenerla sana y tener un autooconcepto positivo acerca de nosotros mismos. Cuanto más satisfechas mantengamos nuestras necesidades, más nos cuidaremos, más nos atenderemos y más amor nos daremos, lo que hará que nos sintamos más valiosos y eso fortalecerá nuestra autoestima, atención y amor nos dedicaremos a nosotr@s mism@s, y más valiosos nos sentiremos, lo que fortalecerá sin duda la propia autoestima, permitiéndonos tener relaciones más sanas con otras personas. Y no olvides que una buena relación con uno mismo influye en la buena relación con los demás.
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