El cortisol es conocido por ser tanto un neurotransmisor como una hormona. Se produce en la corteza suprarrenal y ayuda al cuerpo a utilizar la glucosa, las grasas y las proteínas.
El cortisol es conocido por estar relacionado con el estrés, ya que nuestro organismo la produce en situaciones que considera “de emergencia” o alarma, para poder enfrentarnos a distintos problemas que requieran de una respuesta rápida y urgente.
El estrés es una respuesta normal de nuestro organismo que, en bajas dosis, puede ayudarnos a enfrentarnos a algunas situaciones que lo requieran y no afecta a todo mundo de la misma forma: Muchas personas sienten síntomas de estrés directamente en el cuerpo, como dolor abdominal, dolor de cabeza y tensión o dolor muscular. Otras personas sufren de problemas de sueño. Otras, no pueden parar de pensar en preocupaciones… Depende de cada situación.
¿Cómo funciona?
Cuando se produce una situación de peligro, alarma o riesgo, nuestro cerebro manda una señal a las glándulas adrenales, que se encargan de producir el cortisol. Cuando éste se libera en la sangre, se da un aumento de la Glucosa, para enviar cantidades altas de energía a los músculos.
Cuando la situación de alarma es puntual y se acaba el estado de alerta, la secreción de cortisol disminuye, PERO en caso de un estrés continuado, se acaban produciendo cambios a largo plazo en nuestro cerebro, que acaban por verse reflejados en nuestro comportamiento o en nuestro estado de ánimo. Esto ocurre tanto si la situación estresante es externa (por ejemplo una situación de acoso laboral) como Interna (un exceso de preocupaciones o creencias limitantes).
Algunos de los primeros síntomas de niveles altos de cortisol son:
1- Cambios del comportamiento
Falta de sentido del humor.
Irritabilidad continua.
Ira.
Ganas de llorar.
2- Síntomas físicos
Cansancio permanente.
Dolores de cabeza.
Palpitaciones o taquicardia.
Hipertensión.
Falta de apetito o apetito desmesurado.
Problemas digestivos.
Orina frecuente, diarrea o estreñimiento.
Dolores o calambres musculares.
Infertilidad e interrupción de la menstruación.
Perdida de memoria, ya que los niveles altos de cortisol daña la conexión entre células cerebrales.
Disminución de las defensas.
3- Síntomas psicológicos
Cambios en los patrones de sueño
Problemas de memoria
Irritabilidad
Desgana en general
Apatía
Dificultad para disfrutar
Es importante entender que el cortisol es un componente normal y necesario en nuestro cuerpo. El problema está, como en casi todo, en que haya un exceso de cortisol.
¿Cómo controlar sus efectos?
Primero, es importante averiguar la causa del estrés para poder trabajar sobre ella (volviendo a los ejemplos anteriores , solucionar la situación de acoso laboral o trabajar en los pensamientos limitantes).
Y para seguir, es importante también crear hábitos saludables que mantengan nuestro cuerpo y nuestra mente en un estado de calma la mayor parte del tiempo posible, que nuestro estado sea un estado calmo de forma habitual. Para ello, podemos practicar actividad física, meditación , técnicas de relajación; descansar adecuadamente, tener una buena alimentación también ayudan e influyen en nuestro equilibrio. Aprender a priorizar tareas, saber escuchar a nuestro cuerpo y atender a nuestras necesidades es importante también para saber parar y evitar que el estrés se dispare a largo plazo.
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