Existen personas que sólo viven en los extremos: O todo blanco o todo negro, sin grises, sin matices. Tienen tendencia a polarizar la forma de entender las cosas. Presentan lo que en psicología llamamos un pensamiento dicotómico. Sin embargo, es importante entender que todo es relativo, no hay una verdad absoluta y lo más adaptativo es encontrar un equilibrio desde el que observemos no sólo los extremos, sino también los puntos intermedios, para poder así vivir plenamente.
¿Qué es el Pensamiento dicotómico?
El pensamiento dicotómico consiste en un estilo cognitivo desde el que se tiende a clasificar cualquier circunstancia o situación en los extremos, sin tener en cuenta matices o puntos medios. Así, las personas que tienen esta forma de pensar tienden a polarizar también tanto sus decisiones como sus acciones, sin tener en cuenta otras variables que puedan estar afectadas.
Quienes piensan de este modo tienden a generalizarlo, por ejemplo, pensando que si no estamos de acuerdo con ellos, estamos CONTRA ellos (o conmigo o contra mí). Tender a los extremos y polarizar las situaciones que vivimos no es lo más adaptativo, ya que puede llevar a tomar decisiones radicales o incluso extremas, lo que puede causar desequilibrios en varias áreas de su vida, llegando a afectar a sus relaciones personales, laborales, entre otras.
En definitiva, el pensamiento dicotómico consiste en observar el mundo únicamente desde dos polos opuestos: bueno o malo, blanco o negro, todo o nada. O hace las cosas bien o no las hace, si no es perfecto se vive como un fracaso; no se tienen en cuenta los matices de la vida.
Blanco o negro, todo o nada.
Si sales con tus amigos esta noche es porque no quieres salir conmigo.
Si no me sale el ejercicio a la perfección, no me presento a la prueba.
¿Qué te parece esta forma de pensar? ¿Consideras que este tipo de pensamientos indican equilibrio en la vida de quien piensa así?
Puede que parezcan exagerados estos ejemplos pero son pensamientos dicotómicos que existen en la vida cotidiana de muchas personas: O se hace a mi manera o no se hace. O todo o nada. Y a menudo, ni siquiera somos conscientes de ello. Sin embargo, gracias a la terapia psicológica se puede aprender a identificar esos pensamientos dicotómicos y adaptarlos o sustituirlos por pensamientos más sanos que te proporcionen más bienestar.
¿Quiénes se ven más afectados por el pensamiento dicotómico?
La forma rígida de ver la vida desde una óptica polarizada es muy común en niños y en personas con trastornos psicóticos, trastornos de personalidad, problemas de estado de ánimo o ansiedad.
En el caso de los niños, tiene sentido que vean el mundo desde esta forma, ya que va asociado al pensamiento concreto, que es el que manejan a su edad. Lo hacen de forma espontánea, ya que aún no cuentan con habilidades como la empatía o el pensamiento abstracto, que les permitan entender el mundo desde otros puntos de vista que no sea el suyo.
Para aquellas personas que funcionan desde el pensamiento dicotómico, la situación difiere de la de los niños, debido a que en adultos se trata de una distorsión de pensamiento, que se da de forma previa a nuestro procesamiento de la información, y tiene como causa una serie de creencias arraigadas. En resumen: Filtramos la información a través de esa distorsión dicotómica.
¿Qué Consecuencias tiene el pensamiento dicotómico?
Una de ellas es la simplificación de la realidad, porque se obvian todo un abanico de posibilidades de pensamiento y de acción que limitan la manera de analizar la situación y actuar, debido a que únicamente se contemplan esas dos opciones, aunque existan muchas otras.
Se puede también caer en otros sesgos, al utilizar un modo de razonar mucho más sencillo, con un menor uso de recursos, obviando una información que puede resultar muy valiosa para interpretar la realidad de forma más completa.
Beck (padre de la terapia cognitiva) calificó esta distorsión cognitiva como una forma de pensamiento primitiva e inmadura y considera que tiene implicaciones negativas, porque ya que limita la identificación de las diferentes dimensiones de la realidad. También detecta que las personas tienden a no replantearse sus afirmaciones, por lo que aún pudiendo estar equivocados, es complicado que cedan o cambien su planteamiento. Por el contrario, se mantienen radicalmente en su posición.
Otra de las características de las personas con este tipo de pensamiento sería la necesidad permanente de tener control, tienden al perfeccionismo y cuentan con baja tolerancia a situaciones ambiguas. Abusar de este tipo de pensamiento puede afectar al estado de ánimo de la persona en cuestión, ya que se mueve entre términos absolutos, y eso tiende a generar frustración, al no lograr imponer su criterio y considerar que eso le lleva a tener que acatar la opción contraria y eso puede afectar al estado de ánimo.
También puede tener consecuencias a la hora de relacionarse socialmente de forma sana, ya que al moverse en los extremos y trata de que se valide únicamente su alternativa que propone, en contraposición a la otra persona, que representaría todo lo que no quiere escuchar/admitir.
¿Cómo se puede cambiar?
No dejes que te gane el pesimismo. El pensamiento dicotómico se puede trabajar. En función de las características de la persona, será un proceso más o menos sencillo que permitirá algo más de flexibilidad a la hora de razonar. Si identificas que funcionas de esa manera y te limita en tu día a día, no dudes en pedir ayuda profesional.
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