La adrenalina, que se conoce también como epinefrina, es un tipo de catecolamina (hormona del estrés) que se libera cuando alguien experimenta una situación de amenaza, miedo, ansiedad o estrés. Los efectos que tiene equivalen a una respuesta de lucha o huida frente al peligro que los ha provocado.
La adrenalina permite que el cuerpo se prepare de forma adecuada para reaccionar o retirarse ante una amenaza. Por ello, cuando aumenta la adrenalina también lo hace nuestra presión sanguínea, la respiración y el metabolismo. No obstante, si bien los efectos de la adrenalina son de vital importancia para nuestra supervivencia, la presencia y producción constantes de esta sustancia en nuestro organismo pueden ser perjudiciales para nuestra salud.
¿Qué es la adrenalina?
Ante una circunstancia estresante el corazón bombea más rápido, y esto se traduce en un conjunto de efectos que aparecen en todo nuestro organismo. En psicología se conoce esto como la respuesta de lucha o huida y uno de sus principales precursores es la adrenalina, que también se conoce como epinefrina. La función de la adrenalina es crucial para nuestra supervivencia, pero la realidad es que su sobreexponernos a sus efectos puede perjudicar nuestra salud.
La adrenalina o epinefrina es una hormona y un neurotransmisor que se produce tanto en la médula de las glándulas suprarrenales como en algunas neuronas de nuestro sistema nervioso central. Cuando nos encontramos en una situación que nos genera estrés, la adrenalina se libera rápidamente en nuestro torrente sanguíneo, permitiendo que nuestro cuerpo se prepare ante un peligro inminente. Es por ello que la adrenalina también es conocida como la ‘hormona del miedo’.
¿Qué función tiene la adrenalina?
Ante una situación que interpretamos como peligrosa, la función de la adrenalina es estimular el sistema nervioso simpático, parte de nuestro sistema nervioso autónomo. La hormona adrenalina se libera en las glándulas suprarrenales (que se localizan en la parte superior de nuestros riñones) cuando necesitamos una respuesta ante una situación que interpretamos como una amenaza física o emocional.
Gracias a los efectos de la adrenalina nuestro cuerpo tiene una mayor energía para enfrentarse a la amenaza y luchar o para huir, así como para soportar una mayor tensión física o ejercer un sobreesfuerzo para resistir ante el peligro. Bajo los efectos de la adrenalina, nuestro cuerpo empieza a experimentar lo siguiente:
· Aumento de frecuencia cardíaca
· Aumento de la fuerza de las contracciones del corazón.
· Optimización del flujo sanguíneo en los principales grupos musculares como el corazón, los pulmones y el cerebro.
· Apertura de vías respiratorias
· Aumento del metabolismo de la glucosa
· Mayor control de la vasoconstricción
· Aumento de la presión arterial durante el estrés.
Un aumento súbito de adrenalina suele ocurrir de forma repentina y tiene una duración corta (normalmente los efectos de la adrenalina desaparecen una hora después del episodio de estrés o amenaza). Sin embargo, hay algunos casos en que la adrenalina o epinefrina y sus efectos pueden ser duraderos en el tiempo y representa un claro signo de que hay un problema en tu salud.
Síntomas de un exceso de adrenalina.
Cuando alguien sufre los efectos de un subidón de adrenalina de forma constante, suele experimentar los siguientes síntomas:
1. Problemas digestivos: Debido a la sobre-estimulación del sistema digestivo.
2. Enfermedad cardiovascular: Debido a que al subir la adrenalina aumentan la fuerza y la frecuencia en la que se contrae el corazón, una exposición constante a este sobreesfuerzo puede causar una enfermedad cardiovascular a largo plazo.
3. Aumento de peso y problemas metabólicos: Nuestro cuerpo recurre a la glucosa (el azúcar) cuando hay una subida repentina de adrenalina, para obtener la energía necesaria para huir o luchar ante el peligro. Si esto ocurre sistemáticamente, nuestro cuerpo requerirá cada vez más glucosa, y esto implica un mayor almacenaje de azúcares para afrontar estas circunstancias.
4. Dolores de cabeza: Debido a que el cuerpo está en constante tensión por la exposición a la adrenalina.
5. Trastornos del sueño: La tensión y el nerviosismo que generan niveles altos constantes de adrenalina o epinefrina puede acabar interfiriendo con nuestro descanso.
6. Problemas de la memoria y la concentración: Encontrarnos en una constante tensión hace que nuestro cerebro no tenga energía ni recursos atencionales suficientes para atender a las actividades del día a día, ya que está centrado en la situación de alerta constantemente.
7. Episodios de ansiedad y depresión: Es importante acudir a un profesional de la psicología para gestionar y minimizar estos efectos psicológicos de la adrenalina.
Actualmente, la sobreexposición a la adrenalina suele estar causada por el estrés crónico. Si sientes de forma constante los efectos de la adrenalina o epinefrina , es importante que revises tu día a día y consideres la posibilidad de frenar tu exposición al estrés, o al menos, minimizarla todo lo posible.
¿Cómo equilibrar los niveles de la adrenalina?
Para poder reducir la presencia constante de hormona de la adrenalina cuando su sobre-exposición está causada por el estrés, los expertos recomiendan:
1. Realizar ejercicio a diario: Es la forma más saludable de liberar la adrenalina y equilibrar sus niveles en el organismo.
2. Meditación: Practicándola, nuestro cuerpo se relaja y los niveles y efectos de la adrenalina se reducen.
3. Respiración profunda: La respiración superficial suele ser uno de los síntomas del exceso de adrenalina. Si se desea contrarrestar sus efectos, hacer respiraciones profundas y relajadas puede ayudar a disminuir sus niveles en el organismo.
4. Alimentarnos de forma saludable: La alimentación equilibrada también facilita el buen balance de los niveles de la adrenalina en nuestro cuerpo.
5. Limitar la ingesta de cafeína o alcohol: Ya que ambos estimulan nuestro sistema nervioso, generando más tensión en nuestro cuerpo. Para contrarrestar la adrenalina y sus efectos, hay que moderar su consumo.
La exposición prolongada a la adrenalina puede perjudicar tu salud y bienestar. A menudo y sobre todo con el ritmo de vida actual, podemos experimentar un exceso de adrenalina debido al estrés crónico. Si esto te ocurre, consulta con un profesional de la salud mental. No te dejes llevar por la ‘hormona del miedo’.
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