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La Complacencia: Cuando Decir “Sí” Nos Aleja de Nosotros Mismos

Foto del escritor: Psicologia PsicaxPsicologia Psicax

En nuestra vida cotidiana, buscamos ser amables, evitar conflictos y mantener relaciones armoniosas. Sin embargo, cuando el deseo de agradar a los demás se convierte en una necesidad constante, podemos caer en la complacencia, un patrón de comportamiento que, lejos de beneficiarnos, puede afectar nuestra autoestima y bienestar emocional.


¿Qué es la complacencia?


La complacencia es la tendencia a priorizar las necesidades, deseos y expectativas de los demás por encima de los propios. Las personas complacientes suelen decir “sí” cuando en realidad quieren decir “no”, por miedo al rechazo, al conflicto o a ser percibidas como egoístas. Este comportamiento puede estar motivado por creencias arraigadas sobre el valor personal y la aceptación social.


Señales de que eres una persona complaciente


Algunas señales de que puedes estar cayendo en la complacencia incluyen:


Dificultad para decir “no”, incluso cuando algo va en contra de tus necesidades o valores.

Exceso de responsabilidad, sintiendo que es tu deber hacer felices a los demás.

Miedo al conflicto, evitando expresar opiniones por temor a generar tensión.

Desconexión de tus propias necesidades, postergando tus deseos por complacer a otros.

Baja autoestima, basando tu valía en la aprobación externa.


Las consecuencias de la complacencia


A corto plazo, la complacencia puede parecer una estrategia efectiva para mantener la paz y evitar conflictos. Sin embargo, a largo plazo, puede generar:

Estrés y ansiedad, al cargar con responsabilidades que no te corresponden.

Resentimiento, al sentir que los demás se aprovechan de tu amabilidad.

Falta de identidad, al perder contacto con lo que realmente quieres y necesitas.

Relaciones desequilibradas, donde los demás esperan que siempre estés disponible para ellos.


Cómo dejar de ser complaciente


Romper con la complacencia no significa volverse egoísta, sino aprender a equilibrar el bienestar propio con el de los demás. Algunas estrategias útiles incluyen:

1. Practicar el autoconocimiento: Reflexiona sobre qué es lo que realmente quieres y necesitas.

2. Aprender a decir “no”: Empieza con pequeñas negativas y observa cómo te sientes.

3. Establecer límites saludables: No es tu responsabilidad resolver los problemas de los demás a costa de tu bienestar.

4. Aceptar el conflicto como parte de la vida: No todas las personas reaccionarán bien a tu cambio, pero eso no significa que estés haciendo algo malo.

5. Fortalecer tu autoestima: Tu valor no depende de la aprobación externa, sino de cómo te tratas a ti mismo.


Conclusión


La complacencia puede parecer un camino seguro hacia la aceptación y el cariño, pero a menudo nos aleja de nuestra autenticidad. Aprender a equilibrar la amabilidad con el respeto propio es clave para construir relaciones sanas y una vida más plena.


Si te identificaste con este patrón, recuerda que cambiar es un proceso gradual. Poco a poco, puedes empezar a tomar decisiones más alineadas con tu bienestar. En psicología Psicax podemos ayudarte.

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