Los límites son necesarios para educar niños sanos y felices. Os contamos por qué en este breve artículo y os damos consejos para poder gestionarlos.
La mejor combinación para educar: Dar amor y poner límites
Últimamente parece que se flojea un poco en la parte de la crianza que implica poner límites y es algo vital, porque los niños necesitan normas, y reglas que le permitan desarrollarse y vivir en sociedad, así como para crecer de forma sana.
¿Para qué sirven los límites? Les dan a nuestros hijos una indicación de hasta dónde se puede llegar en una situación o circunstancia determinada. Los límites se manifiestan a través de normas básicas de convivencia que facilitan la vida en sociedad y a su vez le enseñen y permitan al niño o niña:
· Respetar los derechos de otras personas. Por ejemplo no reírse de un compañero.
· Asegurar su salud tanto física como psicológica. Por ejemplo, establecer una correcta rutina para garantizar las suficientes horas de sueño.
· Garantizar su seguridad. Por ejemplo, para cruzar la calle.
Una forma de establecer los límites y las normas para que se cumplan, sería:
· Que las normas sean razonadas con los niños.
· Que sean justas y sensatas, adecuadas a la edad de los niños.
· Que los menores participen y se expresen en el momento de ponerlas.
· Que las normas sean concretas y estén claramente definidas y es conveniente repasarlas y recordarlas periódicamente.
· Plantearlas en sentido positivo.
Y por supuesto, si no consigues establecer estas normas o experimentáis muchas dificultades al hacerlo, no dudes en recurrir a la ayuda profesional para facilitarte el camino o enseñarte otras alternativas.
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