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Foto del escritorPsicologia Psicax

La relajación muscular progresiva de Jacobson


Durante la primera mitad del Siglo XX, el médico estadounidense Edmund Jacobson desarrolló esta técnica de relajación, que aún hoy en día se utiliza con mucha frecuencia.

Se trata de relajar progresivamente cada uno de los grupos musculares de nuestro cuerpo, recorriendo nuestro cuerpo de forma ordenada, como si siguiéramos una ruta. Este ejercicio resulta muy como si se tratase del recorrido de un pequeño tren imaginario. Es un ejercicio muy beneficioso para reducir la ansiedad que tiene relación con procesos físicos o fisiológicos. No obstante, es importante señalar que su práctica lleva más tiempo que otras técnicas de relajación, por lo que es necesario que te asegures de disponer de cierto tiempo en el que no serás molestado y no tienes nada urgente por hacer.


Los pasos para llevar a cabo esta técnica de relajación son los que siguen:

· Recuéstate, siéntate o túmbate en un lugar que te resulte cómodo, con los brazos y las piernas colocados en paralelo. Si eliges sentarte, coloca las palmas de las manos de forma que reposen sobre tus muslos. Si te ayuda, puedes usar grabaciones con sonidos relajantes. Es recomendable que cierres los ojos para concentrarte mejor y conseguir una mejor inmersión en la experiencia.

· Destina unos cuantos segundos a respirar de forma profunda con el diafragma.

· Centra tu atención en las sensaciones que te produce tu pie derecho. Intenta visualizarlo en tu imaginación. Cuando sientas que toda tu atención está concentrada en dicho pie, contrae fuertemente toda la musculatura de esa zona y mantenla en tensión durante 5 segundos.

· Relaja totalmente la musculatura de tu pie derecho. Lleva ahora toda tu atención a la sensación de calma que sientes en esa parte del cuerpo durante aproximadamente 20 segundos.

· Ahora repite este proceso con el otro pie, con cada uno de tus gemelos y los muslos de cada una de las piernas, tu abdomen, los pectorales, los brazos, las manos, la espalda, el cuello, la mandíbula, la cara e incluso el cuero cabelludo.

· Tras completar todo el “recorrido”, respira de forma profunda durante unos 20 segundos (estando totalmente relajado/a, sin tensar ningún músculo). Ahora estás listo/a para abrir los ojos.

*Si sientes dolor o molestia en alguna de estas partes del cuerpo, no trabajes con ella.

La idea es que llegues a un estado de relajación tanto física como mental. Puede que al principio te cueste ponerlo en acción o conseguir realizar bien el ejercicio, pero buena parte de su eficacia se consigue con la práctica. ¡No te rindas!


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