A menudo pensamos que la hemos fastidiado durante la Navidad debido a algunos excesos que nos permitimos, debidos a eventos sociales y al ambiente y costumbres gastronómicas que nos rodean en estas fechas. Y está bastante extendida la idea de que hay que “compensar o solucionar todo lo que hemos hecho mal” durante las Navidades. Sin embargo, te proponemos la idea de que más bien trabajes en ser comprensivo y flexible contigo mismo y te permitas tolerar algo de desorden en tu alimentación durante estos días, permitiéndote también disfrutar junto con las personas con las que celebras estos días.
Es bastante común que se organicen salidas y compromisos sociales que no tenemos por qué ni debemos eludir (si no queremos): Reuniones con amigos, compañeros de trabajo y familiares, con los que celebramos las fiestas. Al aumentar la cantidad de salidas, es normal que nuestra alimentación sufra ciertos cambios y tengamos la sensación de que se está desordenando, pero hay que tener en cuenta que son sólo unos días. No significa que ese desorden tenga que afectar al resto de la rutina de vida y de alimentación que llevas el resto del año.
Por tanto, la vuelta a la rutina después de Navidad, no implica un comienzo desde cero, porque tus rutinas y tu aprendizaje están ya implantados, sino que más bien se trata de RETOMAR tu vida normal, tu alimentación organizada y tu actividad física, así como retomas tu trabajo y tus rutinas diarias. No es más que eso.
Es muy importante ser flexibles en estas fechas, porque no podemos perder de vista que es una época que de alguna forma nos remueve, nos reunimos con familia y amigos que no vemos a menudo y esto activa muchas emociones en nosotros. Igualmente, en las reuniones de familia es posible que tengamos que convivir con personas con las que la relación familiar está alterada y eso también nos revoluciona emocionalmente. Por lo tanto, no se trata de compensar nuestras emociones con la comida pero tampoco es bueno ser inflexibles con nosotros mismos ni sentirnos culpables por haber comido dulces o alimentos que normalmente no estamos habituados a consumir.
Recuerda que deleitarse con la comida en las reuniones con la familia y los amigos en las reuniones que se dan en esta época no es hacerlo mal: Es ser una persona que se permite disfrutar y eso también es sano. Es cuidar de tu salud mental y emocional.
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