Para muchas personas que pasan por problemas de fertilidad, dicha situación puede resultar estresante e incluso traumática. Implica aceptar la posibilidad de no poder ser padres y hay que enfrentarse a los sentimientos que surgen al respecto. Además, con frecuencia el tema de la maternidad/paternidad muchas veces se vincula con la valía personal y la autoestima, debido al contexto social que nos rodea, en el que ser madre/padre supone un hito muy importante y según la importancia que le dé cada uno/a, enfrentarse a la idea de no poder ser padres puede suponer una pérdida importante tanto para los posibles padres como para su entorno inmediato.
Actualmente, la medicina ofrece la alternativa de los tratamientos de fertilildad, aunque no deja de ser un proceso duro y puede repercutir tanto en la economía como en la relación de pareja y su comunicación, así como también puede afectar a las relaciones con el círculo más cercano de ambos, porque no siempre el someterse a uno de estos tratamientos garantiza un embarazo y durante el camino hay que lidiar con la incertidumbre y el desgaste que puede suponer pasar varias veces por el tratamiento, sin poder asegurar que finalmente se consiga quedar en cinta.
En el caso de mujeres que deciden ser madres solteras mediante estos procedimientos, los sentimientos anteriormente descritos pueden verse exacerbados, porque ellas solas tienen que lidiar tanto con la incertidumbre como con la inseguridad, la duda y el proceso completo, sin poder compartirlo con un igual al mismo nivel de implicación.
Vaya por delante que no siempre tiene que ser un proceso duro, largo y doloroso, y que hay muchos casos que se dan de forma fluida y en los que las cosas salen más rodadas, pero en este artículo queremos hacer visible la realidad de muchas parejas que sí tienen dificultades para concebir, tanto de forma natural, como mediante tratamientos de fertilidad. Y es para estos casos que la ayuda psicológica se hace necesaria, al menos en dos áreas:
- Los propios problemas de fertilidad, para los que hay que buscar un tatamiento y los recursos que sean útiles para solucionar el problema.
- Las emociones que puedan estar asociadas al problema de fertilidad. Aquí la atención psicológica busca dotar a los que lo necesitan de las herramientas necesarias para aprender a gestionar dichas emociones y las posibles consecuencias de las mismas.
Hay que tener en cuenta que es bastante común que los miembros de la pareja vivan de forma diferente este proceso, depende del significado que cada uno/a le dé a la maternidad/paternidad y la importancia vital que tenga para cada uno de ellos.
El apoyo social es de gran importancia en un proceso como éste, ya que actúa como amortiguador del impacto psicológico y emocional derivado del problema de infertilidad, igual que también reduce el desgaste del estrés que sufren los miembros de la pareja (o la madre soltera) que se enfrenta a dificultades para concebir un hijo.
Por último, pero no menos importante, es necesario señalar que el estrés puede influir tanto a nivel de causa como de consecuencia de los problemas de infertilidad. En este caso, las estrategias a poner en marcha serían aquellas que ayuden a paliar dicho estrés.
Si estás pasando por un proceso parecido y sientes que podrías necesitar ayuda psicológica, ¡no dudes en pedirla! Es importante que te sientas acompañado/a durante el proceso y que alguien te guíe y ayude a gestionar tus emociones y miedos.
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