¿Qué significa Resiliencia? Básicamente hablamos de la capacidad de adaptarnos ante dificultades que nos pueda presentar la vida.
¿Cómo sueles reaccionar cuando algo sale mal: tiendes a sobreponerte o a venirte abajo?
Cuando contamos con la capacidad de resiliencia, aprovechamos nuestras fortalezas para reponernos en situaciones desafiantes o difíciles, como la pérdida de un trabajo, una enfermedad, un desastre natural o la muerte de un ser querido. Si carecemos de resiliencia, es posible que demos vueltas continuamente a los problemas, caigamos en la victimización o nos sintamos fácilmente abrumados, o quiás usemos mecanismos de afrontamiento poco sanos, como abusar de sustancias o caer en comportamientos o actividades de riesgo que interfieran con nuestra vida diaria.
La resiliencia no hará exactamente que nuestros problemas dejen de existir, pero puede darnos la posibilidad de ver más allá de ellos, de disfrutar de nuestra vida y de controlar el estrés de forma más adecuada. La resiliencia es algo que puede aprenderse y desarrollarse.
Adaptación ante la adversidad
La resiliencia es la capacidad de adaptarnos a situaciones difíciles. Cuando el estrés, la adversidad o el trauma aparecen, experimentamos emociones como la ira, el dolor y la pena, pero podemos seguir funcionando, tanto física como psicológicamente. No obstante, la resiliencia no implica que tengamos que soportar algo difícil, ser estoicos o atravesar la situación solos. Es más, al contrario: Ser capaces de buscar el apoyo de otras personas es una parte fundamental de la resiliencia.
Salud mental y resiliencia
La resiliencia puede ayudarnos siendo un factor protector respecto a algunos desórdenes psicológicos, como la ansiedad y la depresión. También puede ayudar a balancear y compensar los factores de alto riesgo de presentar trastornos de salud mental, como el abuso o un trauma vivido con anterioridad. Y si ya se convive con un trastorno de salud mental, la resiliencia puede mejorar la capacidad para afrontar las situaciones difíciles.
¿Cómo puedo aumentar la resiliencia?
Ten en cuenta las siguientes pautas para aprender a ser más resiliente:
· Conexión. Las relaciones fuertes y sanas con seres queridos, ya sean familia o amigos, te darán el apoyo necesario en momentos tanto malos como buenos. Y también puedes buscar generar otras conexiones importantes participando en actividades en grupo, en voluntariados, etc.
· Dale a tu día a día un sentido. Busca algo que te procure un propósito y una sensación de logro cada día. Ponte metas y objetivos claros y que puedas alcanzar, a la vez que te permitan mirar hacia el un proyecto futuro.
· Puedes aprender de la experiencia. Reflexiona sobre cómo afrontaste algunas dificultades en el pasado. Recuerda las estrategias que elegiste o creaste, así como habilidades tuyas que te ayudaron en esos momentos difíciles. Podrías escribir sobre experiencias de tu pasado para recordar y ayudarte a identificar patrones de comportamiento adaptativos o desadaptativos, para orientar así comportamientos futuros.
· No pierdas la esperanza. Que no puedes cambiar el pasado es una realidad, pero siempre estás a tiempo de construir el futuro.
· Cuídate. Escucha y presta atención a tus necesidades y sentimientos. Involúcrate en actividades que disfrutes o que te den identidad. Haz del ejercicio diario un hábito frecuente. Duerme lo que necesites, puede ayudarte crear rituales para ir a dormir. Come de forma saludable y nutritiva para tu cuerpo. Aprende a manejar el estrés y busca formas de concentrarte y relajarte, como el yoga, la meditación, la visualización dirigida, la respiración profunda…
· Proactividad. No mires a otro lado ante tus problemas. Al revés, afróntalos y piensa lo que hay que hacer, traza un plan y toma las medidas oportunas para llevarlo a cabo. A pesar de que puede llevar tiempo recuperarse de un contratiempo importante, un evento traumático o una pérdida dura, recuerda que si trabajas en ello, tu situación puede mejorar.
Cuándo es recomendable buscar asesoramiento profesional
Ser más resiliente lleva tiempo y práctica. Si no sabes por dónde empezar o no consigues ver progresos, no desestimes la posibilidad de trabajarlo con un profesional de la salud mental. Quizás con alguien que te guíe y te oriente.
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