El Síndrome de intestino irritable es un cuadro digestivo común de curso crónico y recidivante, caracterizado por dolor abdominal que se alivia con la defecación o se asocia con cambios en las deposiciones, presentando alteraciones en las mismas.
Este cuadro no puede explicarse por alteraciones estructurales ni bioquímicas. Aunque no se sabe con certeza, parece que los síntomas aparecen por un aumento de motilidad intestinal (colon) a estímulos que afectan al tracto, entre ellos la activación emocional, o por mayor sensibilidad visceral a través del sistema nervioso.
El tratamiento médico es poco eficaz y se ha visto una asociación importante entre este trastorno y factores psicológicos.
Los enfermos presentan más síntomas de ansiedad y depresión que la población general y que otros pacientes con enfermedad digestiva orgánica. También parece que presentan un mayor número de diagnósticos psiquiátricos y elevaciones en escalas patológicas como histeria, hipocondriasis, depresión o neuroticismo, siendo los pacientes que más consultan, los que muestran más problemas emocionales. Sin embargo, no se ha encontrado un perfil específico en estas personas.
En estos pacientes se ha hallado también un comportamiento aprendido de enfermedad crónica caracterizado por continuas referencias a la enfermedad, una incapacidad desproporcionada y excesivas visitas médicas.
Respecto al tratamiento, hay evidencias que respaldan la intervención psicológica frente a la médica.
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