El trastorno se caracteriza por la ausencia o el retraso persistente o frecuente del orgasmo en el varón después de una fase de excitación sexual normal.
A la hora de juzgar si el orgasmo se encuentra retrasado, el clínico debe tener en cuenta la edad del individuo y si la estimulación recibida es apropiada en cuanto al objeto, duración e intensidad.
La alteración, para considerarse trastorno, debe causar malestar acusado y dificultades en las relaciones interpersonales.
En la forma más frecuente de trastorno orgásmico masculino el varón no consigue llegar al orgasmo durante el coito pero puede eyacular con otros tipos de estimulación.
Algunos hombres con este trastorno pueden llegar a la eyaculación intravaginal pero sólo después de un largo periodo de estimulación no coital.
El diagnóstico diferencial debe establecerse con respecto al trastorno sexual debido a enfermedad médica (lesiones medulares, neuropatías sensoriales…) y con el trastorno sexual inducido por sustancias (antidepresivos, alcohol, opiáceos…) y con trastornos del Eje I (trastornos del estado de ánimo, de ansiedad…).
Comentarios